28-07-2022, by Darbin Candelero Leyva
LecturaHace unos días estaba disfrutando con mi familia un almuerzo, y de repente recibí una llamada de una hermana que necesitaba apoyo para llevar a su esposo al hospital. No puedo negar que hay momentos que como humano quisiera decir que no puedo y terminar de pasar el día con mi familia pero Dios siempre me da las fuerzas para atender al llamado y mi familia lo entiende.
2 Corintios 8:3 “Pues doy testimonio de que con agrado han dado conforme a sus fuerzas, y aun más allá de sus fuerzas”…
En ese momento tome el vehículo y atendí la necesidad con mi esposa; y durante el trayecto vino a mi mente que el Utensilio llamado "Vehículo" nunca me dice que no puede, el siempre está dispuesto a ayudarme a la hora que sea, el día que sea; nunca está cansado, nunca se ha quejado, nunca me ha puesto excusas, siempre está disponible.
Me gusta creer que lo que no tiene oídos puedes escuchar y he puesto mi mano en el tablero y le he dado gracias a Dios por esta bendición y le he hablado al vehículo y le he dado las gracias por ser fiel al ministerio.
Actualmente es difícil encontrar corazones dispuestos para servir. Hoy en día la iglesia necesita apoyo genuino, eficiente, con sinceridad, sin esperar nada a cambio. En la casa del señor siempre hay algo que puedes hacer, acuérdate que el servicio a otros es un privilegio que tiene beneficios en la eternidad.
S. Marcos 9:35 “Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos”.
Le doy gracias a Dios por mi familia, nunca hemos negado dar nuestras pertenencias al servicio de Dios. Tal vez este vehículo terminará desgastándose por el servicio que brinda, pero mi corazón está contento, en ese carrito hemos llevado enfermos a los hospitales, hemos ido a visitar a infinidad de hogares, hemos llevado despensas y comida, hemos viajado muchos kilómetros para llevar el evangelio a quien lo necesita.
Te invito a hacer lo mismo, aún hay tiempo.